CIUDAD DE MÉXICO, 3 de marzo.- Christian Benítez hizo suyo el clásico joven y lo aprovechó para borrar todas las críticas y dudas que había despertado su sequía goleadora. Por cuarto partido consecutivo, en lo que se le ha convertido una costumbre, le marcó gol al Cruz Azul; aunque ayer fueron tres.
América le debe a Benítez el haber terminado con la hegemonía impuesta por La Máquina en los anteriores cinco juegos.
El Chucho abusó de la fragilidad celeste en la parte baja y logró encaminar a su equipo a su sexto triunfo en el campeonato. Volvió a ser el referente de Miguel Herrera en la parte alta, el matón de siempre y el que por sí solo cargó con el peso ofensivo del equipo. Hizo un triplete sobre unos celestes desahuciados, que ya tienen tres derrotas al hilo y cinco semanas sin ganar.
Guillermo Vázquez volvió a tener errores graves, como ingresar a Pablo Barrera y Alejandro Vela como titulares, ya que ninguno de los dos pudo profundizar por las bandas y abandonaron a su suerte a Mariano Pavone y Christian Giménez, quienes sólo chocaron contra los defensivos de casa.
Con las facilidades que le daba el rival y sin preocupaciones en su parte baja, los americanistas sólo se enfocaron en atacar y lo hicieron desde los primeros instantes del partido. Anunciaron con tiros de Osvaldo Martínez y Rubens Sambueza, pero los reflectores estaban destinados para el artillero ecuatoriano.
El primer gol cayó en el minuto 23, en otra acción de laboratorio que acostumbran a ejecutar los de Coapa. Benítez estaba lejos de las líneas, se metió justo cuando la zaga azul hacía su recorrido y eso lo llevó a aparecer sin marca para meter el primero con remate de palomita.
Vázquez intentó reaccionar y adelantó líneas con cierto éxito. No obstante, una expulsión de Israel Castro, por una artera falta sobre Sambueza, le desbarató el guión. La reacción momentánea fue fugaz y los locales rápidamente recuperaron el control.
Nuevamente con el dominio del esférico no tardó en caer el segundo de la tarde. En el minuto 41, Benítez, en los límites del área grande, sacó un zurdazo para el 2-0. El balón entró pegado al poste izquierdo de la meta de Corona.
Ya en la complementaria, el defensa Paul Aguilar regaló una roja, pero ni eso resultó un aliciente para el equipo visitante. En ese momento ya habían entregado el partido, no tenían ganas de luchar por nada, ni siquiera por el orgullo de un clásico.
El tercer gol en contra fue fácil.
En el minuto 69 Sambueza, quien reapareció tras dos semanas de castigo en la Liga, mandó un centro preciso al Chucho, quien se alzó ante la fragilidad de la marca para meter un cabezazo cruzado para el 3-0. Así puso la puntilla a un encuentro en el que América fue muy superior y en el que le dio un baile al enconado rival.
Los de Coapa mandan en el torneo y La Máquina se ha convertido en una incógnita.
Efectos
1.- El América rompió la hegemonía que había impuesto Cruz Azul en los últimos cinco partidos, en los que La Máquina ganó tres y empató dos.
2.- Las Águilas llegan a 19 puntos y se quedan a dos del líder. Mientras que el Cruz Azul sumó cinco partidos sin ganar. Ya son tres derrotas consecutivas.
Miguel Herrera ahora presume tranquilidad
El juego que dio América ante el Cruz Azul “rayó en la perfección”, aseguró su técnico Miguel Herre-
ra, quien, de paso, se negó a des-
tacar la actuación de su delan-tero Christian Benítez con el argumento de que esta vez sólo tuvo la puntería que se le negó en otros partidos.
“Si bien Chucho no venía haciendo goles, estaba cerca de ellos. No deja de ser el mismo, hay partidos donde no hace gol. En otro partido lo abuchearon y hoy (ayer) lo alabaron, tuvo la puntería y tuvo una jugada más para hacer otro gol”, explicó.
El estratega de las Águilas reiteró su sentir hacia el clásico joven y se negó a demostrar un sentimiento especial por la victoria ante La Máquina.
“Son tres puntos, es de orgullo, nuestra afición sale orgullosa. No menosprecio a nadie, a unos les sabe a clásico, pero a mí sólo me sabe como un juego importante.”
Por su parte, Alberto Quintano, director deportivo de la institución celeste, se negó a hablar sobre la continuidad de Guillermo Vázquez como director técnico del club. Al ser cuestionado al respecto, el chileno terminó con la charla ante los medios de comunicación y se alejó sin dar una respuesta.
Vázquez espera que se le otorgue la oportunidad de seguir, aunque sabe que esa es una decisión de sus directivos.
“Eso no lo puedo decir, hasta la última vez que platiqué con ellos así era (había confianza)”, dijo el estratega.
Fue una batalla sólo de cánticos
La rivalidad se percibe desde las calles cercanas al Estadio Azteca. No es un juego cualquiera para los seguidores del América y enfrentar al Cruz Azul les genera una sensación distinta, aun cuando existan rachas adversas o la situación en el entorno genere preocupación por la recurrente violencia entre aficionados.
Los vagones del Metro se pueblan de banderas, cornetas y tambores que resuenan durante su paso por algunas estaciones. En las calles los microbuses son tomados por pequeños grupos de animación, organizados por barrios y colonias, que confrontan con cánticos su enemistad: el “Azul, azul” hace eco frente al “Vamos América” que se entona entre empujones, saltos y gritos desmedidos en el reducido espacio del transporte público.
Las botellas de alcohol se pasan de mano en mano en la parcialidad local; el puente vehicular de la avenida Tlalpan se convierte en un punto de reunión para los fanáticos de las Águilas. Ahí conversan, entonan canciones y bromean siempre con una cerveza en el centro.
Mientras los elementos de seguridad caminan de un sector a otro, ellos, enfundados en playeras que muestran la leyenda “El Ritual del Kaoz”, aguardan el tiempo indicado para hacer su entrada al estadio.
Adentro los americanistas se dispersaron, acaso se juntaron en la parte alta de la cabecera norte para ondear pañuelos en el aire y entonar sus habituales cánticos de aliento. Enfrente, las banderas pintadas de azul y blanco, reunidas por miles de aficionados de La Máquina, hicieron su aparición desafiando la presencia de granaderos.
El Disturbio, uno de los grupos de animación menos violentos de las Águilas, ocupó el territorio de La Monumental.
El sistema de credencialización impuesto por la directiva de Coapa les brindó la posibilidad de presumir sus banderas y apretar a sus jugadores para alcanzar el triunfo. Al final, fueron ellos y algunos otros miembros del Ritual del Kaoz, ubicados en el túnel 48, quienes celebraron la victoria de su equipo frente a uno de sus más acérrimos rivales.
Los azules dejaron el Azteca cabizbajos por una derrota que involucra el orgullo y pone en juego llegar a la liguilla. Fueron escoltados hasta sus camiones en los que todo fue silencio de vuelta al estadio Azul, donde cada quien partió a su casa.








