
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de julio.- La reforma política que propusieron el PAN y el PRD en el Senado no es ni puede ser una moneda de cambio por la reforma energética. Tampoco puede quedar incluida una reforma hacendaria.
La nación debe resolver, con los elementos que hay y con la opinión de los involucrados, planteó Miguel Barbosa en nombre de los senadores perredistas, mientras que Adriana Dávila, senadora panista, estuvo en la misma sintonía.
No es una moneda de cambio; simplemente que el gobierne escuche otras voces y que no pretenda que desde el gobierno haya línea que tengamos que seguir en cualquiera de las reformas, llámense reformas económicas o democráticas, que son fundamentales para el fortalecimiento y crecimiento del país”
En entrevistas por separado, ambos legisladores estuvieron de acuerdo, eso sí, en que si el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto pretende avanzar en la agenda de reformas, deberá iniciar por reconocer los triunfos electorales de los partidos opositores obtenidos en las urnas.
Dávila habló de severas anomalías en algunas de las casillas registradas en el estado de Tlaxcala el pasado 7 de julio y mostró pruebas de su alegato.
Y en torno a la reforma político-electoral que presentaron perredistas y panistas, la senadora panista Pilar Ortega convino en que los legisladores que la interpusieron no alcanzan por sí solos las dos terceras partes para hacerla realidad; sin embargo, adelantó que inicia desde ahora una serie de reuniones para trabajar y convencerse mutuamente de la importancia de democratizar más nuestro sistema político-electoral.
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