XALAPA, Veracruz, 20 de junio.— Como niña, planeó su viaje a Brasil para convivir con miles de jóvenes católicos y “reunirse con Dios”, pero las circunstancias cortaron sus sueños y le hicieron conocer a Jesús en la Tierra en el lugar menos imaginado: la cárcel.
Ángel de María Soto, profesora de preescolar detenida e internada en el penal de alta seguridad de Tepic, Nayarit, acusada de delitos contra la salud en su modalidad de trasiego de droga, para posteriormente ser liberada al no encontrarse elementos para inculparla, llegó a Xalapa el pasado jueves, se refugió en su casa con sus padres y se enteró que se había realizado una movilización religiosa para demandar su liberación más allá de lo que esperaba.
Ayer, Ángel de María dio una conferencia de prensa en la sala principal de la Catedral de Xalapa y, con un Cristo de fondo, le dijo a los medios que su fe religiosa le permitió esperar, sin enojo ni dolor, que le pusieran en libertad.
De entrada, la educadora narró que planeó durante meses su viaje a Brasil y como niña esperaba el día, que extravió su pasaporte y tuvo que regresar a México, luego de que el consulado mexicano en Lima, Perú, le extendiera uno provisional.
Hasta ahí venía truncado su sueño y al verse en la Ciudad de México lloró porque había perdido “meses y meses de planeación”. Pero luego vendría algo peor, su detención por cometer delitos contra la salud.
“Sorprendentemente para todos, incluso para mis padres, no me enojo, no me pongo a llorar, no me entristezco, no me preocupa. Mi única preocupación en ese momento era que mis papás supieran que estaba bien.”
Dijo que no dimensionó las circunstancias que enfrentaba sobre un tema desconocido para ella.
“En ese momento lo pierdo todo y lo único que no perdí en ningún momento fue a Dios.”
Ángel de María refirió que, dentro del penal, “todo mundo” la miraba con asombro, porque nunca perdió la paz ni la tranquilidad. Cuando tenía tiempo para estar sola, rezaba.
En el penal la trataron igual que a todos los internos y decidió ponerse a trabajar en lugar de dedicarse a llorar y preocuparse.
“Fue lo mejor que pude haber hecho, mi única preocupación era que había gente que no tenía el apoyo ni la oración que yo tenía allá afuera y, en lugar de orar por mí, oraba por todos ellos.”
Dijo desconocer la situación de su expediente y si se presentará una denuncia en contra de la PGR.
De su viaje, se limitó a responder que su ilusión era ir para conocer a Dios en la Tierra, pero Dios vino a su encuentro en el lugar que menos imaginó.
Agradeció por su liberación a las autoridades locales y federales y anunció que el lunes se reunirá con el gobernador de Veracruz, Javier Duarte.









