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El papa Francisco pidió cuidar a los más débiles

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ROMA, 20 de marzo.– “No deben tener miedo de la bondad, ni tampoco de la ternura. El verdadero poder es el servicio. Se necesita cuidar a la gente, cuidar de cada persona con amor, especialmente a los niños, a los ancianos, a todos los que son frágiles y que frecuentemente están alejados de nuestro corazón”, fueron algunos de los mensajes con los que ayer el papa Francisco dio inicio a su pontificado.

En una impresionante misa el papa Francisco  reunió a miles de peregrinos y decenas de mandatarios de todo el mundo, que lo siguieron atentos.

Con estas palabras, Jorge Mario Bergoglio trazó los fundamentos de su Papado haciendo un fuerte llamado al corazón y al pensamiento de todos aquellos quienes ocupan un cargo de responsabilidad hacia los más débiles.

“Por favor, quisiera hacer una invitación a todos quienes ocupan un rol de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, seamos custodios de la creación, del diseño de Dios inscrito en la naturaleza, custodios del ambiente y no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de nuestro mundo, pero para cuidarlo, necesitamos cuidarnos a nosotros mismos”, expresó el nuevo Papa ayer durante la homilía celebrada justo en el día de San José.

“Custodiar quiere decir vigilar nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque es justo de ahí que salen las buenas o malas intenciones, las que construyen y las que destruyen. No tenemos que tener miedo de la bondad ni de la ternura”.

Ante las 132 delegaciones de todo el mundo que ayer estuvieron presentes, entre los que se encontraban 42 jefes de Estado, 6 reyes, 3 príncipes herederos, 33 delegaciones de Iglesias y confesiones cristianas, además de otras delegaciones de diferentes religiones como la hebrea, musulmana, ortodoxa, budista, sick, jainista, entre otras, el papa Francisco habló de la importancia del poder y ante ellos insistió en ver especialmente por los necesitados, los hambrientos, los presos, los enfermos y por supuesto, los migrantes.

“El ministerio del obispo de Roma comporta también un poder, pero el verdadero poder es el servicio y también el Papa para ejercitar el poder debe mirar al servicio humilde de José, mirar con afecto y ternura a la entera humanidad, especialmente a los más pobres, a los más débiles y a los más pequeños”, dijo en la misa de inicio de su pontificado.

Interrumpido varias veces por los gritos y aplausos de los presentes, el papa Francisco quiso mandar un mensaje de esperanza en la Plaza San Pedro, repleta de fieles de todo el mundo. Más de 200 mil.

“También hoy tenemos necesidad de ver la luz de la esperanza y de dar nosotros mismos esperanza... Odio, invidia, soberbia ensucian la vida, no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este nuestro mundo”.

Ayer fue el día histórico de la entronización, del primer Papa jesuita, del primer Papa sudamericano, del primero en llamarse Francisco, pero sobre todo, fue la inauguración de un papado que ya, desde que fue elegido el miércoles pasado, se anuncia diferente en modos y contenidos.

Desde las primeras salidas y los primeros discursos, Bergoglio ha ido acostumbrando a los fieles y a los jerarcas a un estilo simple, amable y con actitudes inesperadas.

Ayer, en la misa de inauguración tampoco fue la excepción, el papa Francisco se presentó con su túnica blanca y simple, donde continuó a llamarse obispo de Roma y siguió pidiendo que rezaran por él.

Sale sin papamóvil

Antes de la misa, Bergoglio salió en un jeep descubierto dejando de lado el papamóvil que siempre utilizaron Benedicto XVI y Juan Pablo II, desde 1981 cuando sufrió el atentado a manos de Alí Agca en esa misma plaza.

Ahí, Bergoglio se confundió entre la multitud de San Pedro, donde saludó a los fieles que se han desvelado y que han recorrido miles de kilómetros para verlo tan siquiera por unos segundos de cerca.

Durante su recorrido, quiso bajar del jeep blanco para abrazar a una persona discapacitada, momento que aprovechó para besar también a algunos niños.

Después entró a la Basílica para seguir los parámetros de la ceremonia. Acompañado del representante de las iglesias orientales y católicas (cuatro cardenales y seis arzobispos),bajó a rezar a la tumba de San Pedro, donde le fue consignado el palio (la estola de lana con la cruz roja), y el anillo del pescador.

Posteriormente salió junto con todos los cardenales concelebrantes a la plaza de la basílica para comenzar la celebración de la misa, donde nuevamente sus primeras palabras se las dedicó al papa Emérito, recordando que en el día de San José, también era el onomástico de Joseph Ratzinger.

Al final de la misa, que en realidad duró menos de dos horas, la multitud lo despidió gritándole “Viva Francisco” y agitando las banderas de los países visitantes.

Posteriormente, Bergoglio entró a la Basílica de San Pedro para saludar a todos los mandatarios y representantes que ayer estuvieron en el inicio de su Pontificado.

La primera en pasar fue la presidenta de Argentina, Cristina Fernández. Le siguió el presidente italiano Giorgio Napolitano y el primer ministro Mario Monti, a quienes les siguieron todos los mandatarios, entre ellos Enrique Peña Nieto, presidente de México y el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Con los presidentes latinos de Brasil, Ecuador, Panamá, etcétera, quienes estuvieron ayer también presentes, el Papa dedicó un poco más de tiempo en los saludos.

Católicos de todos lados

Las columnas que rodean la Plaza de San Pedro fueron testigos de la presencia de miles de religiosas, sacerdotes y fieles, que llegaron hasta allí procedentes de cada rincón del mundo.

Soportando el aire helado, esperaban parados detrás de una hilera de policías a que los dejaran pasar. Eran las cinco de la mañana y querían presenciar la misa de inicio del Pontificado del papa Francisco. Aun faltaban cuatro horas y media para que empezara.

Ya en la misa, durante la homilía, el papa Francisco expresó ante más de 200 mil personas que el gran regalo que Jesucristo le dio a San Pedro, fundador de la Iglesia católica, fue “el poder del amor y del servicio” y pidió a cada asistente, y cada uno de los 42 jefes de Estado que estaban allí que hicieran todo lo que estuviera en su poder para proteger el medio ambiente, a los pobres, a los débiles y los marginados.

Conforme los fieles iban entrando en la plaza empezaban a ondear las banderas de Argentina, Brasil, Chile, México, Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos, entre muchas otras.

A las seis de la mañana, en el Atrio de la Basílica ya estaba colocado el trono papal, en tonos púrpura y dorado, y una alfombra púrpura delineaba un camino que comunicaba al trono con un altar colocado unos metros más adelante, allí se desarrolló la ceremonia.

Un grupo de voluntarios colocaban dos arreglos gigantes de flores a los lados del trono papal, mientras que un grupo de atareados sacerdotes revisaban que las etiquetas de todos los presidentes y primeros ministros estuvieran colocadas en su lugar, entre la zona reservada a los mandatarios.

A las 8 de la mañana con 46 minutos hora de Roma –una de la madrugada con 46 minutos hora de la Ciudad de México–, el papa Francisco salió a dar un recorrido por la Plaza de San Pedro lo que provocó la ovación de miles de fieles.

Poco antes de las nueve, llegó al recinto el presidente Enrique Peña Nieto acompañado de su esposa Angélica Rivera, y sus hijas Fernanda y Nicole, así como del secretario de Hacienda, Luis Videgaray y de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade así como de la subsecretaria de Gobernación, Mercedes Guillén Vicente.

La misa se caracterizó por el uso de diversos idiomas además del tradicional latín e italiano, se escucharon fragmentos de la misa en inglés, español, ruso, árabe y swahili.

Durante la misa el Decano del Colegio Cardenalicio, le colocó al Santo padre el Anillo del Pescador, hecho de plata y no de oro como ha sido la tradición.

Retos y metas

Presentándose como un humilde servidor de Dios, el papa Francisco inauguró ayer su pontificado ante más de 200 mil fieles llegados de todo el mundo a la Plaza de San Pedro. 

- El Papa pidió a los líderes mundiales no dejar que las guerras y los conflictos se expandan en el planeta.

- Llamó  a luchar por la paz.

- Pidió custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos.

- Pidió por  el medio ambiente.

- A no dejar que los signos de destrucción y de muerte guíen el mundo.

- Llamó a la defensa de los débiles.

- Pidió no tener miedo a la bondad ni a la ternura.

- Llamó a no caer en el pesimismo e invitó a los fieles a la esperanza.

- El mensaje estuvo en línea con las enseñanzas de San Francisco de Asís del siglo XIII, por quien el Papa tomó su nombre y quien es un símbolo de pobreza, sencillez, caridad y amor por la naturaleza.

- El Papa dijo que trágicamente en cada periodo de la historia hay ‘Herodes’ que complotan para la muerte, para sembrar el caos y dañan el carácter de hombres y mujeres”.

- El papa Francisco alcanzó ayer los cuatro millones de seguidores en Twitter, entre los que destacan los de lengua inglesa y española.

- El Pontífice escribió dos mensajes en Twitter, en el primero indicó que “El verdadero poder es el servicio. El Papa ha de servir a todos, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños”.

- En el segundo: “Acojamos a Cristo en nuestra vida, ocupémonos unos de otros, respetemos la creación con amor”.

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Autor : 
Cynthia Rodríguez / Fotos: AP e imágenes tomadas de internet
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