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El corazón del Distrito Federal sufre un infarto

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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de septiembre.- En el Zócalo inician y terminan todas las jornadas que, sin tregua, convulsionan a la capital del país desde hace dos semanas, y que por los acontecimientos de ayer se pueden resumir en una medición de fuerzas entre manifestantes y cuerpos policíacos.

El domingo temprano los integrantes de la CNTE se alistaron para la jornada que se presumía histórica, la más intensa  desde que llegaron a la capital el 8 de mayo.

El desayuno fue básico, un pan de dulce, un café negro, los más afortunados una torta de pollo con axiote o tomate que quedó de la noche del sábado.

Sobre las letrinas habilitadas en las coladeras de la plaza, se lavaron cara y boca, llenaron la mochila con la chamarra y el lunch, y se lanzaron a la calle.

No migran en bloque sino en grupos pequeños, difíciles de ser detectados. Algunos usan el Metro para acercarse a la avenida Hidalgo y de ahí al punto de reunión en el cruce de Paseo de la Reforma y Guerrero.

Sólo una guardia se mantuvo en el Zócalo; entre las 10 y 11 de la mañana el grueso de los integrantes de la CNTE salen de la plaza, dicen que van hacia Los Pinos.

En el Zócalo quedaron algunos cientos de personas, mujeres en su mayoría, resguardando el enorme campamento que ya abarca hasta la calle de Tacuba, entre Brasil y Palma, donde se ubican los miembros de la CNTE que llegaron de Chiapas.

Quienes se quedaron lavaron trastes, fueron por el mandado a La Merced donde compraron  legumbres, pastas y latería más barata; a la Comercial Mexicana de Venustiano Carranza donde adquirieron pan de caja, saborizante para agua, azúcar, bidones de agua, jamón.

La plaza quedó en una especie de sopor mientras los contingentes de la CNTE cambiaron la ruta hacia Los Pinos para dirigirse hacia San Lázaro, algo que dejó sorprendidos incluso a los maestros rezagados.

“Venimos de Veracruz, y según íbamos a Los Pinos, ahora no sabemos a dónde alcanzar a los compañeros”, dijo una de las integrantes del grupo de cinco miembros veracruzanos de la CNTE.

El folclor del plantón se pudo apreciar en todo su esplendor ante la escasez de integrantes de la CNTE: ahí estaban los letreros de venta de boletos de autobús para retornar a Oaxaca por 280 pesos; los letreros que anuncian la recarga de teléfonos celulares por 10 pesos; las letrinas exclusivas para que las mujeres hagan “pipí”; los centros de acopio de alimentos y agua; la cabaña construida con troncos por el contingente de Maravatío, Michoacán, frente a Palacio Nacional; el carbón quemándose en los anafres, incluso dentro de las carpas gigantes; militantes reconstruyendo las carpas que la lluvia de lavíspera averió o sacando el agua acumulada dentro de las casas de campaña; los menos descansan dentro de las carpas o sobre los colchones inflables; y el comercio informal se extiende por todos pasillos del campamento.

A las 11:35 se rompió la calma. Un grupo de jóvenes ingresaron al plantón desde Moneda y Corregidora. Traían consigo botellas rellenas de gasolina con tapones de tela.

De acuerdo con personal de la policía capitalina y de Concertación Ciudadana del Gobierno del DF, eran entre 20 y 25 jóvenes que intentaban guardar el cargamento de cócteles molotov dentro del campamento de la CNTE.

Al ser sorprendidos, los jóvenes se dispersaron hacia las calles de atrás de Palacio Nacional, se despojaron de gorras, sarapes, bufandas y chamarras para confundirse entre la gente que deambulaba entre los comercios de la zona.

Un adolescente fue detenido en Madero cargando un huacal con botellas llenas de gasolina. La caja cayó al suelo cuando lo detuvieron, estrellándose varias botellas y dejando escurrir el combustible en la calle. El joven fue subido a una patrulla y llevado ante el MP.

La vigilancia dentro del campamento se intensificó. “¡No respondan a provocaciones, no dejen entrar a los medios, vigilen todas las entradas, que no entre nadie ajeno!” se escuchó en el plantón, mientras cientos de fieles ingresaban a misa en la Catedral Metropolitana.

Al tiempo que se registraba un enfrentamiento en Izazaga y Eje Central entre policías y manifestantes, en el Zócalo los trabajadores de limpia del DF recolectaban desechos; se percibía un ligero olor a carne asada, superado por el hedor de las letrinas al aire libre y de los sanitarios portátiles instalados frente a Palacio Nacional.

A las 12:45 la policía y granaderos que se encontraban cerca del Zócalo fueron llamados para contener a la manifestación que se enfilaba por Izazaga rumbo a la avenida Congreso de la Unión.

Cuatro horas después, mientras en el Congreso se discutía la reforma educativa, los integrantes de la CNTE retornaron al Zócalo cantando su himno.

Al cierre de la edición y tras reunirse con legisladores, los dirigentes de la CNTE no lograron acuerdos respecto a las acciones que realizarán ante la aprobación de la Ley General de Servicio Profesional Docente; sin embargo, en el plantón  se observó la salida de cientos de activistas rumbo a Oaxaca en poco más de 15 autobuses; ante lo cual los líderes aseguraron que se trataba de un “relevo”.

Vallas evitan destrozos

Para evitar los destrozos de que fueron objeto en anteriores manifestaciones, una treintena de inmuebles en el Centro Histórico permanecen resguardados con vallas metálicas de casi tres metros de altura.

Ayer soportaron los embates de grupos de encapuchados que lanzaron todo tipo de objetos, principalmente a los edificios que se ubican en la esquina del Eje Central y avenida Juárez.

Los inmuebles fueron protegidos por las autoridades locales y federales a petición de los propios empresarios del centro, los banqueros e instituciones públicas y privadas.

De acuerdo con la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope-Servytur) las pérdidas económicas para la ciudadanía, el comercio en pequeño, la prestación de servicios profesionales, el turismo y la pequeña y mediana empresa son de poco más de 500 millones de pesos, debido a las constantes manifestaciones de integrantes de la Coordinadora en la ciudad.

Sobre avenida Juárez se colocaron las vallas metálicas tapiadas con madera en la fachada de los hoteles Hilton, Plaza Alameda y en dos restaurantes ubicados a un costado de la Secretaria de Relaciones Exteriores, además del edificio que albergará la Contraloría del DF. También mantiene esta protección el ex templo de Corpus Christi.

El parque más antiguo de México, la Alameda Central estuvo protegida con vallas de un metro de altura para evitar que los participantes de la marcha del sábado pasado en defensa del petróleo que encabezó Cuauhtémoc Cárdenas, y la movilización de ayer de maestros de la CNTE ingresaran al sitio y dañaran pasillos y áreas verdes. Dentro de la valla estaba además el Hemiciclo a Juárez, que fue grafiteado el 1 de diciembre pasado.

Se protegieron los edificios históricos del Banco de México y el Palacio de Correos en el Eje Central. Otros inmuebles que también están cercados son bancos y tiendas de ropa cuyas fachadas son aparadores y vitrinas.

El resguardo de estos inmuebles continuará  debido a que se esperan más movilizaciones en la ciudad con motivo del mensaje presidencial y frente a la discusión y eventual aprobación de la Ley General del Servicio Profesional Docente.
Cancelaron cadena humana

La autoridad no garantizó la seguridad a pesar de que se hizo la solicitud en tiempo

Debido a amenazas y por no tener garantía de seguridad, la cadena humana convocada por ciudadanos del DF para protestar contra los plantones de la CNTE y la falta de regulación de marchas fue cancelada.

Los convocantes Jorge González, Denise Meade y Mariana Caso Amelle, se desistieron del plan al recibir mensajes intimidatorios y amenazas vía telefónica

Dijeron que durante la madrugada de ayer empezaron a cancelar y enviar mensajes a las personas que confirmaron su asistencia, pues los amagaron con mandar grupos de choque para agredirlos y causar daños en establecimientos comerciales de Polanquito.

“Estamos con poca gente porque desde el sábado tuvimos que cancelar debido a las condiciones inseguras, y a que no contamos con un apoyo de las autoridades.

“Lo que más nos preocupó fueron los comentarios sobre las personas que iban a asistir, que les iban a hacer daños a quienes nos apoyaran en la cadena, que iba a haber infiltrados y grupos de choque”, señaló Denise Meade.

Jorge González comentó que desconocen quiénes estuvieron detrás del sabotaje de este acto ciudadano, pero aseguró que volverán a intentarlo y esta vez será a través de una solicitud directa a los integrantes de la  Asamblea Legislativa (ALDF), para que le pida al gobierno local que aplique la ley y la reglamentación de las marchas sea real.

“El objetivo era demostrar que la sociedad también se puede unir, que también tiene voz. Nadie nos está tomando en cuenta, hoy lo podemos ver esta cadena se canceló porque no tenemos las condiciones de seguridad para llevarla a cabo.

“Sí tenemos miedo, los teléfonos estuvieron sonando toda la noche y no fueron palabras muy bonitas, no pertenecemos a ningún grupo político y no tenemos a nadie de apoyo, tampoco queremos pasar a la historia como los cuates que organizaron una marcha y los golpearon, los mártires; hubo amenazas de muerte”, dijo González.

Antes de las 9:00 horas de ayer, más de 25 personas acudieron vestidas de blanco al teatro Ángela Peralta, a un costado del parque Lincoln, en Polanco, pues no se enteraron a tiempo de que la cadena humana no se iba a realizar.

Llegaron provenientes de Lomas  Virreyes, Lindavista, Lomas de Chapultepec y hasta de Valle de Bravo, en el Estado de México.

“La idea era demostrar que podíamos manifestarnos en orden, en paz, con tranquilidad y con el derecho que todo mundo tiene. Siento mucho que se haya suspendido, porque éramos mil 500 o dos mil personas que nos manifestaríamos en orden, caminando por las calles, parándonos en los semáforos.

“Yo quise venir a apoyarlos, llegué desde el sábado, me tuve que quedar a dormir aquí para estar a tiempo y siento mucho que no haya servido para nada. Creo que hubiera sido un buen ejemplo para los que se manifiestan de forma desordenada”, dijo un residente de Valle de Bravo.

Las personas que atendieron a la convocatoria recriminaron a las autoridades locales y federales que no garantizaran la seguridad para hacer la cadena humana,  aun cuando se les hizo la petición por escrito en tiempo y forma.

“No estábamos enterados de la cancelación, ahora resulta que nosotros no podemos manifestarnos, nada más ellos (los maestros y otros grupos), lo único que queremos es que nos regresen la ciudad que está secuestrada.

“Ellos sí pueden circular por las carreteras y venir por miles aquí a la Ciudad de México, pero nosotros no podemos circular por nuestra ciudad”, señaló Jesús Medina, vecino de Lomas Virreyes.

Mónica Bautista quien vive en Lindavista, decidió despertarse temprano y ser parte de la cadena de ciudadanos en una protesta pacífica.  

“En cualquier otro país  el gobierno hace algo para que los ciudadanos tengan más o menos una vida normal. Da mucha tristeza que no haya podido ser, pero tampoco me voy a deprimir”, apuntó Bautista, quien se mostró dispuesta a intentar otra acción ciudadana pacífica como ésta.

En los alrededores del parque Lincoln en Polanco, sólo se vio la presencia de máximo diez elementos de seguridad pública vigilando la casilla de votación para la elección de comités ciudadanos.

Al lugar acudieron observadores de la Comisión de Derechos Humanos del DF, con la intención era acompañar a los ciudadanos en este acto.

Desde el pasado miércoles apareció la convocatoria en redes sociales para invitar a esta cadena humana que abarcaría de Polanco al Ángel de la Independencia.

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Autor : 
Arturo Páramo
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