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Bloqueo los condujo al éxodo

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CIUDAD DE MÉXICO, 4 de septiembre.- Miles de capitalinos caminan sobre Paseo de la Reforma, donde hay rostros de enojo y desesperación. Caminan sin rumbo fijo, en una ciudad secuestrada donde el caos pinta su raya desde el Eje 2 Norte hasta la Glorieta de la Palma. El Senado de la República ha sido cercado por una muralla hecha con enormes pedazos de metal. De un lado policías federales y granaderos. Del otro, maestros, así como miles de habitantes que se pierden en el camino.

Es el daño colateral, el que ocasiona que negocios sobre Paseo de la Reforma permanezcan cerrados y policías prohibiendo el paso de aquellos que pretenden llegar a su trabajo. No hay manera de llegar al empleo, a la escuela o de circular. Es el llamado “Centro Histérico”.

En un abrir y cerrar de ojos, ciudad sitiada

7:00 A.M. Alejandra Duarte, estudiante de ingeniería industrial en la UVM campus San Rafael, llega temprano a clases. “Todo parecía estar en orden, pero cuando terminó la primera clase pretendimos salir sobre Insurgentes y nos encontramos con una ciudad sitiada”.

Alejandra, como los demás estudiantes, es informada de que no habrá más clases y le entra la curiosidad. La joven alcanza a tomar una de las ecobicis y se dirige rumbo a Reforma. Lo que observa es una enorme avenida ocupada por hombres, mujeres y niños que caminaban de prisa. Gente enojada, apresurada, perdida. La mayoría con el celular en mano y tratando de buscar la manera de que les permitan atravesar aquellas bardas metálicas para llegar a sus destinos.

10:30 A.M. Mario Pérez, taxista septuagenario, está atorado en Insurgentes. A pesar de conocer la ciudad, no sabe cómo zafarse de ésta. “¡Hice un viaje de casi tres horas de Miguel Ángel de Quevedo hacia La Villa!” No llega a su destino, pues la familia que transporta se desespera y se bajó en pleno caos vehicular.

Contrario le ocurre a Alejandro, bicitaxista treintón, quien no se da abasto en los viajes que se le han multiplicado. “Llevé a una señora de Buenavista al Ángel y me pagó cien pesos. La pasajera tenía prisa por llegar a la embajada rusa”.

Dice que su promedio al día es de unos 10 viajes y “como voy, creo que los duplicaré”. No es el único con trabajo extra. Sobre Insurgentes y Reforma se multiplican los bicitaxis, los que se mezclan entre los transeúntes que dibujan algo parecido a un éxodo capitalino. Muchos de ellos no llegan a tierra prometida.

12:40 P.M. En la radio se asegura que algunos senadores llegaron caminando. Otros en bicicleta o en moto. La fuente que está frente al Caballito de Sebastián se convierte en punto de encuentro para miles de maestros. Son demasiados los oficinistas y empleados que dejan sus automóviles por los rumbos de la colonia Guerrero.

No todos podrán llegar a su destino. Como Atilia, joven que trabaja en un call center cercano al Monumento a la Revolución. Una doble valla de granaderos impide el paso a propios y extraños. “Ya les expliqué que trabajo frente al Monumento, pero no me dejan ingresar. Lo malo es que ya le hablé por teléfono a mi jefe y me dice que si no llego a trabajar me descontará el día. Llevo dos horas de retraso y no encuentro forma alguna de burlar a los uniformados”.

Atilia se enoja con los manifestantes. Uno de ellos, quien no da su nombre, le responde con calma: “Los maestros no pusimos los metales, ni tampoco le prohibimos el paso a su trabajo. Son los policías, es el gobierno los que ponen sus escudos. Tienen miedo”.

14:00 P.M. Demasiado tarde para abrir algunos negocios. Restaurantes y cafeterías mantienen las puertas cerradas y uniformados no permiten el paso, incluso para empleados y encargados. Víctor, un hombre que llega con un encargo de carne para un restaurante argentino tiene que regresarse con su mercancía. De nada le sirve hablar con los oficiales.

Francisco es jefe de piso en el Wings que está frente al Senado.

Reconoce que la clientela ha bajado en 50 por ciento este día, en el que “sólo se han acercado empleados de oficinas y negocios cercanos. Nos está afectando este movimiento”.

Jorge Hernández camina sobre Reforma; asegura haber dejado su carro en un estacionamiento de la colonia Guerrero y trata de llegar a la calle de Hamburgo. “Ya llegué tarde, ya me puse de malas y ya no sé qué pensar sobre los maestros y las autoridades. Sólo espero poder regresar por mi carro antes de que se haga de noche”.

15:10 P.M. Romeo de Alba, un hombre cuarentón y corpulento, se detiene cerca del Monumento a Colón. Trata de llegar hasta el Hotel Palace donde está registrado. La policía le impide el paso y el hombre tiene que esperar junto a decenas de personas afectadas.

¿Sabe?, vengo de Coahuila y el lunes me registré en el Hotel Palace. Esta mañana salí muy temprano para realizar algunos negocios por la zona, regreso y me encuentro con una ciudad de locos y que no puedo pasar. Lo peor es que mi vuelo es a las siete de la tarde y lo estoy perdiendo”. La lluvia se asoma y al hombre ya no le importa mojarse. “Pagué una habitación en la que no puedo estar y un vuelo al que no llegaré. Me encabrona... unos por tontos y otros por pasarse de listos”.

16:25 P.M. Empleados de Sanborn’s La Fragua se asoman sobre las puertas de cristal.

Observan a decenas de integrantes de la CNTE formados y recibiendo un plato de plástico con chicharrón guisado y tortillas. Los dos grupos se miran.

Afuera se oyen consignas: “Ni la lluvia, ni el viento, detendrán el movimiento”. Y una voz parlante que les reitera: “¿Ya se cansaron?, ¿ya se mojaron?, entonces... es el momento en el que decenas de maestros, con plásticos y cartones cubriendo sus cabezas, marchan sobre Reforma y en dirección al Zócalo. Son escoltados por una patrulla y detrás de ella se asoman vehículos particulares, forzando el acelerador. La circulación vehicular ha regresado.

Y los maestros lo harán esta mañana.

 

Dirige GDF lejos del caos

Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe del Gobierno del Distrito Federal, ha sostenido reuniones de trabajo con varios de los integrantes de su gabinete en la que fuera su casa de campaña al sur de la Ciudad de México.

Desde temprano, minuto a minuto, el gobernante de la Ciudad de México coordinó los operativos policiacos y tácticos por las movilizaciones de los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) –que ya llevan más de dos semanas de plantón en el Zócalo– y dio instrucciones a Héctor Serrano Cortés, secretario de Gobierno, y Jesús Rodríguez Almeida, titular de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP-DF).

Las tareas encomendadas a sus colaboradores y a los  responsables del sistema de videovigilancia C4, en coordinación con las autoridades federales, fue la de vigilar el estado de las vialidades cercanas al Senado de la República, además de no permitir agresiones de los ciudadanos hacia los manifestantes, así como garantizar el acceso de los legisladores a las instalaciones de la Cámara alta, que se ubica en avenida Paseo de la Reforma y entre las calles Madrid y París, colonia Tabacalera, donde sesionaron 128 legisladores la Ley General del Servicio Profesional  Docente, cuya aprobación por parte de los diputados se dio el pasado 1 de septiembre tras la instalación del Congreso.

Esa ley tuvo modificaciones en siete artículos establece una evaluación a los integrantes del magisterio de todo el país y tendrán acceso a cursos de actualización gratuitos.

Sin embargo, esas reformas tienen enfurecidos a los manifestantes que proceden de estados como Oaxaca, donde la Sección 22 es el bloque más grande.

El saldo de las acciones realizadas durante el día por parte de los integrantes de la CNTE, que inició minutos antes de las seis de la mañana, fue blanco, de acuerdo con reportes oficiales del gobierno capitalino,

Desde que los inconformes con la Reforma Educativa y sus leyes secundarias tomaron el Zócalo y avenidas del primer cuadro de la ciudad, Mancera despacha con sus más cercanos colaboradores en la colonia del Valle.

El mandatario local está invitado el próximo 10 de septiembre a la conferencia sobre el Plan Maestro de Rehabilitación de la Segunda sección del Bosque de Chapultepec, aunque no está confirmada aún su asistencia.

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Autor : 
JC Vargas y Luis Pérez Courtade
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Las ecobicis permitieron a muchos llegar al trabajo.
El Metrobús no cumplió con sus traslados.
Bicitaxistas hicieron su agosto al dar servicio.
No importaron las súplicas. El paso quedó restringido.
Video: 

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