BOGOTÁ, 8 de septiembre.— El presidente Juan Manuel Santos celebró ayer que delegados colombianos hubieran llegado a un acuerdo con líderes del paro agrario tras 19 días de protestas y bloqueos en vías principales, pero reconoció que aún hay protestas en otras dos regiones del país.
En Boyacá, después de más de 120 horas de negociaciones, de reuniones, de análisis..., se firmó finalmente el levantamiento del paro agrario en los departamentos de Cundinamarca, de Boyacá y de Nariño”, dijo el mandatario en un acto público.
Tras hacer hincapié en que en la noche del viernes delegados del gobierno lograron que se levantara también el paro agrario en el sureño departamento de Huila, el Presidente reconoció que “nos falta el sur (o solucionar el paro en regiones como) Putumayo y Caquetá”.
Santos informó que le pidió al vicepresidente Angelino Garzón que se trasladara a la ciudad de Popayán —370 kilómetros al sur de la capital colombiana— para que trate de conjurar la huelga en esos departamentos.
Agregó que el país por fin “va a tener que dirigir la mirada hacia el campo colombiano, donde no ha sido dirigida, no por los últimos años, por las últimas décadas; tal vez por los últimos siglos. El campo colombiano ha sido descuidado desde la época de nuestra Independencia; el campo colombiano ha sido dejado al garete, y por eso en el campo colombiano se concentra la pobreza y la desigualdad”.
Según César Pachón, vocero campesino de la mesa de negociación de Boyacá, el acuerdo para levantar las protestas en esas regiones se produjo “por desgaste”, pues no llegaron a satisfacerse todas las peticiones de los labriegos.
Logramos cierta protección de nuestros productos en la Comunidad Andina y Mercosur, pero en cuanto a los tratados de libre comercio con Europa y Estados Unidos el gobierno dice que no puede hacer nada para proteger nuestros productos, que no puede renegociarlos”, explicó Pachón.
El ministro del Interior y actual secretario general de la Presidencia, Aurelio Iragorri Valencia, informó con anterioridad que lo acordado con los líderes del paro agrario era un arreglo y no la solución definitiva o total al problema.
La protesta de los agricultores, iniciada el 19 de agosto y a la que se sumaron otros sectores como los camioneros que transportan carga, no sólo ha derrumbado la popularidad de Santos, sino que además tiene a sus planificadores económicos en busca de fuentes de financiamiento para cubrir los diferentes compromisos adquiridos para 2014, año de elecciones presidenciales.
