CIUDAD DE MÉXICO, 25 de septiembre.- En un buen día un corredor de la NFL puede sumar 155 yardas y comandar a su equipo a un triunfo. Es una cifra que los Acereros de Pittsburgh y los Gigantes de Nueva York no han superado en tres partidos y es sólo uno de los problemas por los que están con marca de 0-3 esta temporada.
Acereros y Gigantes son dos de los equipos que tradicionalmente mueven bien el balón con su ataque terrestre y en lo que va de la temporada ocupan el sótano de las estadísticas al promediar los Acereros 51.7 yardas por juego por tierra, sólo superando las 44.3 yardas por partido que tienen los Gigantes.
Sólo por mencionar un ejemplo, DeMarco Murray, corredor de Dallas, fue el líder de la semana 3 con 175 yardas frente a los Carneros de San Luis y los Vaqueros se impusieron 31-7.
Pittsburgh suma 155 yardas en tres juegos, por 133 de los Gigantes.
Los Acereros están extrañando a Maurkice Pouncey, su centro, y lo peor del caso es que salió lesionado en la primera semana de la temporada en una jugada en la que uno de sus compañeros de línea se equivocó en un bloqueo por abajo y le rompió dos ligamentos al golpearlo por detrás.
Su baja dejó un vacío de liderazgo en la línea ofensiva y serias dudas en el cuerpo de corredores. Ni Isaac Redman, Jonathan Dwyer, Felix Jones o LaRod Stephens-Howling han podido mover el ovoide de forma efectiva por la vía terrestre.
La esperanza de una mejoría esperan que llegue con el novato Le’Veon Bell, quien se espera se presente el domingo con el equipo este año en Wembley frente a los Vikingos de Minnesota, tras su lesión en la pretemporada.
ald
