PEKÍN, 28 diciembre.- El presidente chino, Xi Jinping, mostró el sábado un toque familiar y distendido con una sorpresiva visita a un restaurante de bollos al vapor en Pekín, en donde pagó por la comida y conversó alegremente con los sorprendidos clientes.
En fotos ampliamente difundidas a través de la red microblogs china 'Sina Weibo', confirmadas por medios estatales, Xi se vio haciendo fila a la espera de su comida y posando para fotografías, aparentemente sin estar rodeado de la seguridad que usualmente acompaña a los principales líderes del país.
Aunque tales interacciones pueden ser consideradas comunes en los países occidentales, son muy inusuales entre los funcionarios chinos de alto rango, más acostumbrados a los escenarios cuidadosamente previstos por el brazo de propaganda del Partido Comunista.
Desde que llegó al poder como jefe del partido en noviembre y como presidente en marzo, Xi ha demandado a los funcionarios que reduzcan el derroche y las extravagancias y que se vuelvan más cercanos al pueblo, como parte de una campaña más amplia para erradicar la corrupción.
Medios estatales dijeron que los bollos al vapor que comió Xi costaron 21 yuanes (3.46 dólares), distantes de los caros banquetes por los que los que se conoce a los funcionarios chinos.
El tío Xi está mostrando que es uno más del pueblo. Apruebo eso", escribió un usuario de Weibo.
jrr
