CIUDAD DE MÉXICO, 27 de abril.- Para una persona que tiene algún tipo de discapacidad física, abordar un microbús que preste servicio en cualquiera de las 106 rutas de transporte concesionado, es prácticamente imposible.
Si esa misma persona busca una opción en los trolebuses, autobuses del servicio de corredores de transporte e incluso de la Red de Transporte de Pasajeros, el grado de complejidad
no disminuye.
Ningún vehículo de la flota de transporte público concesionado e incluso el que ofrece la RTP con un total de dos mil 235 unidades registradas, supera 20 por ciento de autobuses acondicionados para ofrecer un servicio adecuado a las personas con discapacidad.
El mismo Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, falla en materia de accesibilidad ya que de las 195 estaciones de la red, tan sólo 26 cuentan con rampas para sillas de rueda, principalmente en la Línea 12.
La falta de opciones que garanticen el acceso a la red de transporte público del Distrito Federal y de los municipios conurbados limita el derecho a la movilidad de miles de pasajeros que intentan trasladarse a sus actividades todos los días.
Aunque las cuatro líneas del sistema Metrobús son las únicas que garantizan la accesibilidad al 100 por ciento, las carencias en el resto de las opciones de transporte público generan una barrera para las casi 500 mil personas con algún tipo de limitación física que habitan en el DF.
Para Miguel Ángel Téllez, profesor investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México, la falta de accesibilidad limita la eficacia de un proyecto integral de transporte público como el que plantea el Gobierno del Distrito Federal.
Explica que actualmente las opciones de transporte que ofrecen acceso a personas con discapacidad física, auditiva o visual se concentran principalmente en la zona centro y en menor medida al poniente de la capital.
“El sistema de transporte público no se extiende en todas las zonas de la ciudad, y dentro de ella, la red para personas con discapacidad, no existe en las zonas oriente, norte y sur”. Y si alguna de ellas llega al Metro, incluso dentro de éste, su movilidad se ve limitada por la falta de infraestructura que permita la salida de la red, explicó Tellez.
De acuerdo con el STC, tan sólo seis estaciones en las líneas 3 y 9 (de las 12 que tiene) cuentan con plataformas para sillas de ruedas, mientras que en la recién inaugurada Línea Dorada, no todas las rampas, escaleras eléctricas y elevadores de sus 20 estaciones operan con regularidad.
En el caso de las personas con discapacidad visual, tan sólo 45 estaciones de las líneas 2, 9, 12 y B están equipadas con placas Braile que faciliten la ubicación, orienten y ofrezcan información a los usuarios.
Estas limitantes para hacer uso del transporte colectivo, reducen las opciones para los usuarios con discapacidad, a hacer uso de taxis o de vehículos particulares para realizar sus viajes.
Téllez agregó que otra barrera que limita la accesibilidad es el estado deficiente de las calles.
“A una personas con discapacidad le cuesta mucho trabajo desplazarse correctamente. Las banquetas son bastante pobres en dimensiones, llenas de obstáculos y fragmentadas, a lo que se suman decenas de puestos ambulantes”, señaló.
Para Laura Ballesteros, diputada local del Partido Acción Nacional, este tipo de obstáculos y deficiencias constituyen una violación directa a los derechos humanos de este sector de la población.
Indicó que son las mismas autoridades capitalinas y municipales las que violan el derecho fundamental de los capitalinos al no garantizar su movilidad, pues ésta al ser reconocida como un derecho, que es lo que estamos haciendo a través de la Ley de Movilidad, de inmediato la convierte en una obligación para el gobierno, porque que no nos hace ningún favor al darnos transporte público.
“El transporte como está hoy, inseguro, de mala calidad y sin una interconexión afecta directamente, no sólo a los que vivimos en el DF sino a todos los que vienen también de la zona metropolitana”, dijo
Ballesteros aseguró que la iniciativa de Ley de Movilidad que presentó en la Asamblea Legislativa contempla una garantía para que tanto el transporte como el espacio público sean accesibles.
Va solo en el camino
Sólo una de las opciones de transporte público de la Ciudad de México ofrece accesibilidad total para los usuarios que tengan algún tipo de discapacidad: la red del sistema Metrobús.
Con cuatro corredores ofrece rampas de acceso a las estaciones, guías táctiles, información en Sistema Braille y espacios exclusivos al interior de los autobuses. “Este sistema exige que sus líneas sean 100 por ciento accesibles para personas con sillas de ruedas, ciegas o sordas, con letreros luminosos particulares. Esto le ha cambiado la vida a un sector muy importante”, explicó Guillermo Calderón, director general de Metrobús.
Detalló que la importancia de la accesibilidad quedó demostrada después de la construcción de la Línea 2, que conecta Tacubaya con Tepalcates, al oriente de la ciudad. “Sobre todo para zonas populares que llegamos de Iztacalco y Iztapalapa, gente que no podía trasladarse por sí misma, que tenía que ir acompañada, y en otro transporte o hacer una erogación importante para subir a un taxi, hoy se desplaza fácilmente en Metrobús”.
Agregó que hacia el norte de la ciudad, el la Línea, que conecta Etiopía con Tenayuca, también ha tenido una importante atracción de usuarios con discapacidad, principalmente en la zona de la calzada Vallejo e indicó que cuatro estaciones de la Línea 1, en su tramo norte, aún carecen de accesibilidad universal, mismas que se integrarán una vez que cuenten con los recursos para hacer las obras.
Destacó que como parte de la construcción de la Línea 5, se recuperará el espacio público del Eje 3 Oriente, para garantizar la movilidad al quinto corredor del Metrobús.
Efectos
1.- Un transporte público adecuado mejoraría la vida de los usuarios con discapacidad y sus familias.
2.- Adecuar las condiciones de las banquetas ayudaría a la movilidad de la gente con discapacidad.
