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BARCELONA, 12 de marzo.- El Barça, que no ha sido eliminado en su estadio en los octavos de final de la Liga de Campeones desde 2007, buscará seguir con vida en la competición ante un efervescente Milán, que tiene una renta de dos goles (2-0) del partido de ida.
Marcar dos goles y no encajar ninguno. Esta es la primera condición que tiene el Barcelona para el crucial duelo ante el AC Milán y, según lo demostrado en las últimas semanas, no será fácil debido a su fragilidad defensiva y a los problemas para encontrar goleadores alternativos que ayuden a Lionel Messi.
El Milán, por su parte, confía en que su defensiva funcione de la misma manera que en el partido de ida. En San Siro, el 20 de febrero, puso de manifiesto los problemas que el equipo azulgrana ha ido acumulando en los últimos meses y que habían sido tapados por sus excelentes prestaciones en la Liga (líder con 13 puntos de ventaja sobre el Real Madrid).
Las dos derrotas ante el Real Madrid en una semana (3-1 en Copa del Rey y eliminación, 2-1 en la Liga) convirtieron lo que parecía un accidente en la mayor crisis del equipo azulgrana en los últimos años.
El central Gerard Piqué, como forma de levantar los ánimos, insistió hace unos días en la calidad del grupo. “El equipo que salga será mejor que el Bar-ça que ganó la Liga de Campeones en Roma (2009) y Wembley (2011)”, señaló.
Las opciones del equipo catalán pasarán por su capacidad para resolver dos problemas elementales. Encontrar opciones ofensivas que ayuden a que el Milán no tenga que fijar su foco defensivo sólo en Messi (40 goles en 27 jornadas del campeonato) y lograr que la retaguardia deje de ser una línea vulnerable para cualquier rival.
El cerebro del equipo, Xavi Hernández, en recuperación la última semana por problemas musculares, ya entrenó con el grupo, por lo cual Roura decidió incluirlo entre sus convocados, a pesar de que aún no ha recibido el alta médica.
En el plantel italiano, no obstante la ventaja obtenida en el juego de ida, no hay señales de un triunfalismo e incluso el técnico Massimiliano Allegri dijo previo al enfrentamiento que “el de la ida no es un resultado que nos salve del todo. Para pasar a cuartos, deberemos hacer un gran partido. Contra el Barcelona no puedes estar nunca tranquilo”.
El Schalke llega como favorito
El Schalke intentará aprovechar el empate (1-1) logrado en Estambul y clasificarse en casa a los cuartos de final de la Champions ante un Galatasaray dispuesto a consumar la hazaña.
El cuadro turco, reforzado recientemente con dos estrellas de gran bagaje como el holandés Wesley Sneijder y el marfileño Didier Drogba, buscará como mínimo conseguir el empate por más de un gol, para avanzar a la siguiente ronda.
Drogba, héroe en la pasada final de la Champions con el Chelsea, estará acompañado en el ataque por Burak Yilmaz, segundo máximo goleador del torneo, con siete tantos (a uno de Cristiano Ronaldo).
No obstante, el marfileño llega de fallar un penalti a cinco minutos del final en el partido contra el Genclerbirligi, que hubiera significado el empate de su equipo en la liga turca. Pese a sumar su cuarta derrota, el Galatasaray mantiene el liderato de la competencia local, con dos puntos de ventaja sobre el Besiktas.
El conjunto alemán, mientras tanto, cuenta con más experiencia en el torneo más importante de Europa. Su principal inconveniente para lograr la clasificación a cuartos será la baja de su ariete, el holandés Klaas Jan Huntelaar, quien sufrió una lesión de rodilla.
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