
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de junio.- En Estados Unidos disminuye el optimismo que generó la presentación de la reforma migratoria, debido al cúmulo de peticiones del grupo bipartidista que trabajó la iniciativa.
Una de esas solicitudes, calificada como excesiva por sus críticos, está relacionada con la seguridad en la frontera con México, la cual será votada mañana en el Senado estadunidense.
Para el senador demócrata Patrick Leahy es una “lista de deseos” de empresas contratistas de seguridad, la propuesta para aumentar a casi 40 mil agentes la fuerza de la Patrulla Fronteriza, que actualmente está compuesta por 19 mil elementos.
Esa añadidura a la iniciativa de reforma migratoria también incluye la construcción de mil 120 kilómetros de muro fronterizo adicional al existente, que sería financiado con un presupuesto extraordinario de 40 mil millones de dólares.
Ese fondo también sería utilizado para la compra de helicópteros Black Hawk y “drones”.
Ven excesos en peticiones
El optimismo con que se presentó la propuesta de reforma migratoria en el senado estadunidense parecía transformarse en escepticismo y aun la sensación de un mal sueño.
La adición de extravagantes medidas de seguridad en la frontera con México fue recibida con escepticismo por partidarios y adversarios de la reforma migratoria en la Cámara alta del Congreso estadunidense, donde mañana se votará por una medida que el demócrata Patrick Leahy calificó como “lista de deseos” de empresas contratistas
de seguridad.
La propuesta senatorial podría ser votada en su totalidad esta semana y en el peor de los casos antes del feriado del Cuatro de Julio, Día de la Independencia, pero si la inclusión de la “exagerada” propuesta de seguridad permite que tal vez hasta 20 senadores republicanos se pronuncien en favor, aún está lejos de garantizar las preocupaciones en la Cámara baja.
La propuesta que será sometida a votación mañana llevaría a casi 40 mil y por tanto duplicaría los actuales 19 mil agentes de la Patrulla Fronteriza en la frontera con México, donde se construirían unos 1,120 kilómetros de barda adicional a la existente financiados con un presupuesto extraordinario de 40 mil millones de dólares.
Esa cifra incluiría la adición de al menos 15 helicópteros BlackHawk, al menos cuatro “drones” deben estar de sevicio todo el tiempo a lo largo de la frontera, donde también habrán de instalarse centenares —o miles— de sensores de movimiento y cámaras.
“El más obsceno elemento del plan es que crearía una frontera militarizada entre países aliados entre los que no hay conflicto militar”, señaló Fernando García, director ejecutivo de la Border Network for Human Rights
en Texas.
“Eso es una farsa”, consideró Mark Krikorian, un activo adversario de la reforma migratoria y director del Centro de Estudios sobre Inmigración (CIS). “No hay posibilidades de que suceda”, agregó.
“Es una mala idea que no debe ocurrir y no creo que suceda”, comentó por su parte Simon Rosenberg, de la Red de Nuevos Demócratas.
Pero la idea de agregar el componente de seguridad es dar cobertura para que un número de republicanos pueda votar por la propuesta y tal vez facilitar su paso por la Cámara de Representantes (diputados), donde dos terceras partes de la mayoritaria bancada republicana son conservadores opuestos por principio a la reforma migratoria.
Por lo pronto el presidente de la Cámara baja, el republicano John Boehner, anunció que no permitiría el paso de una ley que no tuviera el apoyo de la mayoría de los republicanos que se espera traten de incluir más medidas punitivas contra los residentes indocumentados.
Boehner es considerado como un líder cameral políticamente débil debido a la coordinación de grupos ultraconservadores, que tienen unos 170 de los 233 diputados que constituyen la mayoría republicana en la Cámara baja.
El sueño puede convertirse en pesadilla.
Efectos
1.- Las nuevas medidas que se pretenden agregar a la iniciativa de reforma migratoria podrían ser frenadas en el Senado al ser consideradas como exageradas.
2.- El sueño americano de millones de indocumentados podría convertirse en una pesadilla por la oposición de varios legisladores.


