
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de agosto.- Concebida como avenida imperial en la época de Maximiliano (1832-1867), Paseo de la Reforma hoy apunta hacia la grandeza y en los próximos años su horizonte todavía sumará proyectos de altura.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, las 20 torres construidas en los últimos diez años en la avenida suman 1.6 millones de metros cuadrados de nuevas oficinas, viviendas de lujo, locales comerciales y cajones de estacionamiento. Si se sumaran todos los pisos construidos de 2005 a la fecha, así como los proyectados en las construcciones en curso, sumarían 741 niveles.
Durante los últimos dos sexenios se han realizado inversiones por cuatro mil millones de dólares y hay posibilidades de que sigan alineándose ahí rascacielos, según desarrolladores y autoridades.
Se espera que la mayor parte de los proyectos en obra estén listos en 2015 y que haya una nueva oleada de edificaciones, de menor altura, en caso de que se modifique el Programa de Desarrollo Urbano, adelantó el jefe delegacional en Cuauh-témoc, Alejandro Fernández.
Entre los más optimistas al respecto se encuentra el ex presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) y actual directivo de Coparmex, Alejandro Kuri, quien espera que el ritmo de inversión en Reforma mantenga a esa avenida como uno de los principales polos de atracción de recursos privados, que estimó en cuatro mil millones de dólares actualmente.
Kuri señaló que en el corredor Reforma deben mejorar los servicios y alumbrado públicos, mantener la seguridad y que los inversionistas reduzcan el impacto vecinal de las colonias Cuauhtémoc, Juárez y Tabacalera.
A finales de 2012, Kuri guió una delegación de empresarios chinos para mostrarles las posibilidades de inversión en la ciudad, entre ellas se encontraba Paseo de la Reforma. Se espera que los negocios fructifiquen en el transcurso de dos años, en cuanto a los trámites y creación de proyectos ejecutivos, y las construcciones duren entre dos y cuatro años más.
Para Felipe Leal, ex secretario de Desarrollo Urbano del DF, Reforma cuenta con la infraestructura suficiente para soportar el crecimiento inmobiliario que se avecina. Su punto más débil es la saturación vehicular y se resolvería mejorando el sistema de transportación en la zona, dijo Leal.
Consideró que del total de la avenida, entre la Puerta de Leones de Chapultepec y Bucareli, aún hay entre 20 y 30 por ciento de predios susceptibles de pasar de construcciones de dos o tres niveles a rascacielos, y adelantó que en los próximos años este crecimiento podría dirigirse hacia avenida Chapultepec, aunque con edificios de menor altura.
“Paralelamente a Reforma se van a ir consolidando muchas colonias que tienen posibilidades, hay terrenos baldíos, talleres mecánicos, edificios de baja altura, construcciones de dos o tres niveles que pueden tener mayor potencial.
“Es mejor para la ciudad que todos esos edificios estén en Reforma, en la parte central de la ciudad, a que se hagan en Santa Fe o en lugares más lejanos”, insistió Leal.
Óscar Terrazas, urbanista por la Universidad Autónoma Metropolitana, dijo que los edificios han demostrado ser más eficientes que una colonia: “Se concentran los servicios y necesidades en un espacio pequeño”; sin embargo, recomendó a los desarrolladores involucrarse con los vecinos para mejorar las condiciones de vida en los barrios aledaños.
Alejandro Fernández, en cuya jefatura delegacional se revisará el Programa de Desarrollo Urbano, tambiém ve más desarrollo: “Puede seguir creciendo respetando la normatividad, el uso del suelo, y eso lo vamos a trabajar en procesos con la comunidad, empresarios, los diputados. Los servicios probablemente tengan que reforzarse, como en toda ciudad, pero el desarrollo debe seguir impulsándose, hay que buscar los equilibrios”, concluyó.
Lo monumental acaba en Hidalgo
El desarrollo del Paseo de la Reforma es parcial. Sólo abarca del Bosque de Chapultepec a Puente de Alvarado. La zona norte se encuentra desolada, degradada.
A diferencia del tramo en donde se han invertido cuatro mil millones de pesos en los últimos años para edificar rascacielos, y unos dos mil millones en reparar la avenida, en la parte que se conoce como Prolongación Paseo de la Reforma, lo que impera es la decadencia.
En contraste con los jardines bien cuidados y resguardados de las glorietas de La Diana, Independencia, Cuauhtémoc, y Colón, las de Simón Bolívar, José de San Martín y Cuitláhuac, los prados están descuidados, hay campamentos de indigentes, montones de desechos, e incluso muebles desvencijados.
Si bien en las esculturas del paseo de la Reforma, en el tramo que va de Chapultepec a Puente de Alvarado las esculturas que hay a sus costados presentan huellas de deterioro, en la parte norte, los pedestales están derruidos, los bronces han sido vandalizados y las placas de identificación retiradas en su totalidad.
Prolongación Paseo de la Reforma ha sido olvidada por los gobiernos capitalinos, por los jefes delegacionales en Cuauhtémoc, y por los institutos nacionales de Antropología e Historia y de Bellas Artes.
A diferencia del tramo del Paseo de la Reforma que va de Bucareli a Chapultepec, donde hay un servicio de limpieza contratado ex professo, y la Secretaría de Obras y Servicios da constante mantenimiento a los jardines, en la parte norte la basura se acumula en las aceras, y las banquetas están destrozadas por las raíces de los árboles.
Mientras que en el tramo “Monumental” el tránsito es regulado por la policía y hay una ciclopista, en los carriles laterales a la altura de las colonias Santa María la Redonda y Peralvillo, se han habilitado talleres de hojalatería y se realizan reparaciones en plena
vía pública.
La carpeta de rodamiento no ha sido repuesta por concreto, como en el resto de la avenida, sino que se ha ido sumando capa tras capa de asfalto, formando parches que no impiden que haya baches.










