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Borrego Sandoval deja un gran legado en el beisbol

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CIUDAD DE MÉXICO, 24  de marzo.- La primera ocasión que Roberto  Mansur acudió a la Academia de Beisbol de  Pastejé para observar a José Luis Sandoval, ese short stop del que tanto le habían hablado, el
Borrego se puso nervioso y cometió cinco errores, mientras que no pudo batear. Pero, como buen visionario, el directivo escarlata sabía que estaba enfrente de un futuro estrella: “No te preocupes, tú vas a ser Diablo Rojo para siempre, sólo comprobé que todavía no estás listo”.

Un año después, el Borrego Sandoval llegaba al primer equipo y de inmediato se colocó a las órdenes del manager Benjamín Cananea Reyes en la temporada de 1990.

Fue en un episodio de la famosa Guerra Civil frente a los entonces Tigres capitalinos, cuando el sinaloense comenzó a escribir su historia en el beisbol profesional.

Ante un repleto Parque del Seguro Social, Cananea Reyes lo mandó a llamar de la banca.  El joven de 21 años recibió una palmada en la espalda, mientras que tomaba un madero: “Ve tírale a la bola, no aguantes”, le recomendó el más famoso manager en la historia de los Diablos Rojos.

El Borrego Sandoval no dudó y conectó la esférica rumbo al jardín derecho. Gracias a sus ansias de novato llegó hasta la segunda base para un doblete. Era su primer imparable en la Liga Mexicana y ahí comenzó a escribir su leyenda, esa que pudo no ser.

“Yo quería ser maestro de educación física y me fui a estudiar a Parral, Chihuahua. Allá jugaba también beisbol, que siempre ha sido mi pasión. Siempre fui short stop, pero en el equipo que jugaba ya estaba completo y me mandaron a cubrir el jardín central”, recuerda Sandoval, a unos días del homenaje que le prepararon hoy los Diablos Rojos en el Foro Sol.

“En una ocasión me fue a ver el buscador Alberto Joachín y no sé cómo sabía que yo era short stop. Me llamó a jugar esa posición y apenas con dos tiros que hice a la primera base me dijo que si quería irme con los Diablos Rojos.”

Entonces se integró a la Academia de Pastejé, donde comenzó su formación para cumplir  una las carreras más brillantes para un parador en corto en el beisbol mexicano y además fue en esos campos, localizados en el Estado de México, donde recibió el apodo de Borrego, debido a su ensortijada caballera, que lo hizo famoso a lo largo de su carrera. 

 Ya como profesional y con el apoyo de Cananea Reyes, conocido como el Pelón Mágico, Sandoval no tardó en demostrar su talento con la franela escarlata.

En su temporada de novato superó los 100 imparables y lució con espectaculares atrapadas.

Su segunda campaña fue la de la confirmación al conectar 25 cuadrangulares y empujar 80 carreras, números extraodinarios para un parador en corto, lo que le valieron para recibir una invitación a los entrenamientos de los Piratas de Pittsburgh.

Esa sería la oportunidad de alcanzar las Grandes Ligas, pero ese sueño lo dejó inconcluso. Al final el beisbol mexicano fue el ganador con sus innumerables pinceladas defensivas en las paradas cortas.

“La oportunidad no se dio como esperaba o quizá me desesperé, no puedo vivir con lo que hubiera pasado en ese momento. Me vine a la Liga Mexicana,  lo hice de la mejor forma y de la mejor manera; estoy satisfecho con lo que hice como pelotero”, expresa sobre esa oportunidad en el beisbol estadunidense.

Entonces el deleite para los aficionados siguió con las atrapadas del Borrego Sandoval, que parecía resolver de una manera fácil los batazos más complicados y finalizar con un certero tiro a la inicial.

Sus pivoteos en las jugadas de  dobleplay eran dignos de una pintura. A la ofensiva siempre estaba dispuesto a responder y resolver un cerrado encuentro. Un pelotero completo.

Sus acrobacias en el diamante  lo convirtieron en uno de los consentidos de la fanaticada roja y en el pelotero favorito de Alfredo Harp Helú, dueño del equipo, quien sentado en su palco no dejaba de festejar alguna atrapada del Borrego.

Con varias marcas ofensivas y una limpia carrera en los diamantes, José Luis Sandoval tendrá un merecido homenaje al tener su número “3” retirado y colocado junto al de las demás leyendas de los Diablos Rojos. Los aplausos de los aficionados seguirán para el gran ídolo que maravilló en las paradas cortas.

Envuelto en la pasión escarlata

Fue símbolo de los Diablos Rojos del México durante 22 temporadas. José Luis Borrego Sandoval era la imagen latente en las paradas cortas de los escarlatas y, aunque su pasión por salir al diamante se mantiene intacta, los problemas físicos le indicaron que era el momento de poner un alto a su carrera como pelotero y abrir otra página en su historia ahora como coach de la academia del equipo.

“Es una sensación extraña ya no estar en los diamantes como jugador. Hace meses entrenaba para salir a jugar, ahora me toca estar del otro lado como coach, como compañero del manager Miguel Ojeda, pero, en verdad, que me voy tranquilo, contento de cumplir en muchas cosas, como campeón y, sin duda, que feliz de irme con los Diablos.”

El Jugador Más Valioso de la Serie Final de la temporada 2008 no piensa en lo qué hubiera sido de regresar a los diamantes esta temporada, para él, simplemente, fue el momento justo de retirarse porque la salud y los problemas en la rodilla ya no le iban a permitir estar al 100 por ciento.

“Ganas de estar ahí dentro no me faltan. Imagínate, fueron 23 años jugando y nunca salí sin ganas de estar fildeando, sólo que la salud es primero y mi rodilla ya no da para más, no por falta de ganas, el amor que le tengo a este deporte es incomparable.”

Sandoval se retira con nostalgia de la zona entre tercera y segunda base en el Foro Sol. Desde el montículo voltea a los jardines y suspira despidiéndose del parque, que cientos de veces lo vio hacer atrapadas fantásticas. Es innegable, que extrañará jugar en la capital con los pingos.

“Son sensaciones encontradas porque será muy bonito ver el parque lleno para despedirme de la gente, además será contra el rival clásico. Sin duda que agradezco a la directiva por la decisión de retirar mi número y de hacerlo en el juego inaugural de locales de los Diablos. Voy a extrañar todo lo que pasaba aquí en cada juego, será diferente vivirlo desde otra trinchera con muchos amigos ahí adentro.”

Madrugada que resultó inolvidable

Fue en las primeras horas del 30 de agosto de 2003. El séptimo y definitivo juego de la final entre Diablos Rojos y Tigres había comenzado un día antes, pero al irse a entradas extras se alargó el drama.

José Luis Borrego Sandoval tomó su turno en la parte baja de la entrada 13 y con la carrera del triunfo en los senderos.

Con la tribuna repleta y coreando el apodo famoso del parador en corto, Sandoval conectó un dramático cuadrangular para definir el partido y darle entonces el título 14 al equipo escarlata.

“Ese momento contra Tigres estará por muchos años en mi memoria. Han sido momentos muy bonitos, los duelos clásicos pero en especial ese momento del jonrón siempre me lo voy a llevar en el corazón”,  comentó Sandoval.

Sin embargo, no siempre fueron buenos momentos en la Liga Mexicana. El episodio más complicado fue cuando lo enviaron a los Saraperos de Saltillo en 1997, que fue la única temporada que no portó la franela roja.

“Fue una experiencia más en mi vida. Tomaron la decisión de que me fuera a Saltillo  y lo hice con todo el profesionalismo que me distinguió. Fueron momentos difíciles porque son cosas que pasan al interior, yo no tenía nada que ver. Creo que siempre hay que recordar lo mejor, no lo peor.”
 

“Fue mi peor error como directivo”

El presidente ejecutivo de los Diablos Rojos del México no duda en aceptar un error, que estuvo a punto de marcar su exitosa carrera como directivo en la Liga Mexicana de Beisbol.

Su recuerdo se remonta a la temporada de 1997 cuando decidió mandar a José Luis Sandoval en un cambio a Saraperos de Saltillo por el veterano Alfonso Houston Jiménez. Su salvación fue la cláusula de derechos de retorno en un año.

“Es el peor error que he hecho en mi carrera como directivo.  El manager de aquel entonces, Marco Antonio Vázquez, me atacaba todos los días que no lo quería y que no lo quería. Que el Borrego esto, que el Borrego aquello y me llevó a tomar la decisión. Que si lo hubiera hecho definitivo el cambio hubiera sido la burrada más grande en mi historia como directivo”, recordó.

-¿Fue alguna indisciplina?

“No, nunca ha sido un pelotero indisciplinado yo lo achaco al manager que no lo quería por qué motivo, aún no lo sé, pero Marco Antonio se quejaba todo el día del Borrego y llegó un momento que tanto me dijo el manager que  me desesperé y lo cambié. Afortunadamente lo cambié por un año porque así pudimos ver a Borrego Sandoval por muchos años en Diablos Rojos.
A final de cuentas fue un final feliz, pero ojalá no hubiéramos hecho ese movimiento con Saltillo para que su carrera hubiera sido exclusivamente con Diablos Rojos.”

Mansur Galán dijo que el homenaje de hoy es por demás merecido para José Luis Sandoval y señaló que ningún otro equipo reconoce a sus jugadores como lo hace Diablos Rojos.

Destacado pingo en estadísticas

El Borrego Sandoval es el pelotero de Diablos Rojos con más carreras producidas en la historia de la organización con 1,281 después de 22 temporadas de portar la franela de los capitalinos.

- El histórico parador en corto de los escarlatas es el único que ha superado la barrera de los 400 dobletes. Es el líder de este departamento con 415 batazos de dos esquinas.

- Solamente dos cañoneros de Diablos Rojos han superado los 250 cuadrangulares con este club: Nelson Barrera y José Luis Sandoval.

- Junto con Daniel Fernández, el infilder mochiteco, son los únicos con más de dos mil juegos con los capitalinos.  El Borrego Sandoval  totalizó 2,108 duelos.

El short stop en retiro, de 44 años, anotó 1,137 carreras y conectó 2,165 hits (segundo en ambos  sectores en la historia de los Diablos Rojos).  Uno de los más grandes.

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Autor : 
Héctor Linares
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