
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de abril.- Editores y lectores coinciden: la fórmula del Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional ha sido exitosa. Comprar la novela Las batallas en el desierto (Era), de José Emilio Pacheco, en 64 pesos y poder llevar otros poemarios del mismo autor en 25 pesos cada uno es “una ganga”, piensan algunos.
O adquirir en 30 pesos los Cuentos completos de Mauricio Magdaleno o Pocos son los elegidos perros del mal de Eusebio Ruvalcaba, ambos de Lectorum; así como Lectura y conversación (Almadía) de Gabriel Zaid. O llevarse en 49 pesos Dublinesca (Seix Barral) de Enrique Vila-Matas, y en 40 pesos diversas ediciones de la UNAM.
“Es un remate de libros que habían sido rezagados de las librerías, que estaban en bodegas, pero que son buenos títulos. Mucha gente viene buscando las novedades y se disgusta, pero esa nunca fue la idea. Por eso creo que es bueno y que sí se rematan los precios, pues encuentras volúmenes desde 10 y 15 pesos”, explica Ignacio Torres, del stand del sello De Vecchi, uno de los más visitados por su oferta de libros de idiomas, jardinería o técnicas para adelgazar.
Con el reto de superar las ventas por nueve millones de pesos, de unos 215 mil ejemplares, que se lograron el año pasado, el doble de la edición anterior, el séptimo Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional cerró ayer tras siete días de actividades en torno al libro.
Organizado por la Secretaría de Cultura capitalina, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) y el Auditorio Nacional, en este remate participaron 135 expositores, con 250 fondos editoriales y más de 10 mil títulos a la venta.
Para María Cortina, coordinadora de Fomento a la Lectura y el Libro de la Secretaría de Cultura capitalina, la presente edición es una de las más exitosas, pues desde el primer día, al recibir a 20 mil 106 personas, se rompió el récord del día más visitado de 2012, que fue el de la venta nocturna, con 19 mil asistentes.
La funcionaria no adelantó venta total de ejemplares, pero sí indicó que esperaban cerrar con una asistencia de entre 140 y 150 mil visitantes en esta séptima edición.
El recientemente nombrado presidente de la Caniem, José Ignacio Echeverría, ha dicho que este remate está consolidado como la mejor de las ventas para los libreros y la oportunidad ideal para los lectores de redescubrir títulos. “La comunidad librera espera este evento con mucha emoción, pues es la ocasión en que más se vende”, admitió.
Ambos promotores coincidieron en que el Gran Remate benefició tanto a los lectores como a las editoriales que hallan una salida valiosa para los ejemplares rezagados y que por ley no pueden regalar ni donar, que generan gastos de almacenamiento e impuestos fiscales y que a la larga se ven condenados al abandono.
Rafael Pérez Gay, director editorial de Cal y Arena, agregó que la importancia de este encuentro es que ha dado una segunda oportunidad, una especie de segunda vida, a los libros que muchas veces son casi novedades.
“Los títulos duran muy poco en las mesas de novedades o en las torres promocionales, pasan rápidamente al anaquel, se reduce su vida, no tienen una segunda oportunidad. Y el remate se las da”, añadió.
Este año se modificó el diseño del encuentro librero para dar mayor seguridad al público y mejorar la estética y distribución de las editoriales: se adaptó una zona de oferta editorial digital y se contó con una aplicación (código QR) para dispositivos móviles, con la que los asistentes pudieron descargar el mapa de ubicación y la lista de los sellos de cada expositor.
Esto, y el hecho de que se podía descargar también fragmentos de libros de editoriales como Santillana, Planeta y Algarabía en dispositivos móviles, agradó a los jóvenes visitantes como Silvia Cabrera, estudiante de la Universidad Iberoamericana, que comentó que gracias a estas lecturas, se interesó en algunos libros electrónicos.
“Me gustó venir, porque compras lo que realmente te interesa, lo buscas, sin que te pierdas en el mar de novedades editoriales. O, por el precio, te llevas otros títulos que te convencieron realmente”, señaló.
Historia del remate
El llamado es a evitar la destrucción de los libros:
El primer Gran Remate tuvo lugar los días 12 y 13 de diciembre de 2007 en el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco. Participaron sólo ocho editoriales y el lema en esa esta ocasión fue: “Compra un libro para que siga existiendo, en lugar de que se destruya”.
En 2008, el segundo Gran Remate se llevó a cabo del 24 al 29 de junio, bajo el lema “¡Salva un libro!”. Se realizó ya en el vestíbulo del Auditorio Nacional, que se volvería su sede tradicional. Aumentó el número de editoriales: 85 stands exhibieron títulos de 130 sellos.
La tercera edición de este encuentro librero se realizó del 24 de junio al 2 de julio 2009, reunió a 104 editoriales y se eligió como lema: “Una segunda oportunidad para los libros”.
En el cuarto Gran Remate, del 22 al 28 de junio de 2010, se hizo por primera vez una venta nocturna, actividad que formó parte permanente de las actividades. Incluyó también una venta especial al mayoreo para libreros. Participaron 115 casas editoriales con 250 sellos.
Fue hasta la quinta edición que se efectuó por primera vez durante la Semana Santa, del 17 al 24 de abril de 2011. La fecha resultó ideal, pues el Remate se volvió parte del atractivo turístico y cultural del Paseo de la Reforma.
El año pasado, del 1 al 8 de abril, el sexto Gran Remate ofreció 2 mil 200 metros cuadrados de exhibición, con 120 expositores y la oferta de más de 200 sellos editoriales.
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