CIUDAD DE MÉXICO, 11 de abril.- Monterrey se ha adueñado de la Liga de Campeones de la Concacaf y se niega a renunciar a su cacicazgo. Anoche, tras doblegar 1-0 al Galaxy de Los Ángeles, avanzó a su tercera final de manera consecutiva en dicha competencia y buscará refrendar su corona ante otro rival habitual en las instancias definitivas, Santos.
Rayados tiene la costumbre de ser un equipo ganador.
Si bien tardó en encontrar un buen funcionamiento y el marcador no resultó lo dulce de otras ocasiones, el equipo de Nuevo León logró superar el reto sin demasiados aspavientos. Fue exigido, pero su mayor recorrido y sapiencia lo acabó por encaminar a la instancia definitiva.
El inicio del encuentro resultó duro para los dirigidos por Víctor Manuel Vucetich, por que Bruce Arena puso a correr a sus jugadores, los obligó al desgaste y eso le dio para mantener lejos a Humberto Suazo y Aldo de Nigris de su arco, aunque transitoriamente.
Con la medular conquistada por los visitantes, Vucetich movió a sus piezas, retrasó a sus atacantes y eso le dio para empezar a generar opciones, aunque, con el correr de los minutos, la apuesta fue copiada por el equipo de Los Ángeles. El resultado: un encuentro agradable, pero ausente de goles.
Los avisos de peligro se dieron en ambas porterías y sólo faltó una mente fría que fuera capaz de concretar las opciones. Rayados tuvo hasta tres opciones, la más clara tejida entre Suazo, César Delgado y De Nigris, aunque en el tiro definitivo el ariete mexicano le faltó potencia y entregó el balón al portero. Los visitantes, por su parte, tuvieron una buena, en un tiro de esquina, pero el defensa Omar González no golpeó de manera sólida el esférico y Juan de Dios Ibarra le desvió el tiro.
En la segunda mitad los de casa no requirieron demasiado esfuerzo para empujar a los visitantes en su área y continuaron con el agobio, aunque nuevamente carecieron de contundencia. Suazo, Delgado y De Nigris ensayaron en el arco de Carlo Cudicini en repetidas ocasiones, el chileno puso con un tiro en el poste derecho y los otros dos mandaron tiros apenas desviados del arco. Pero no caía el gol.
Sin embargo, ante la insistencia, el cero se rompió en el minuto 80, en una acción bien hilada por la banda derecha. Severo Meza se agregó, sirvió al Chelito quien puso el esférico a
De Nigris, quien con un derechazo puso el 1-0. Un tanto suficiente para firmar el pase de Rayados a otra final.
