
WASHINGTON, 12 de abril.- Mientras una nueva encuesta resalta un creciente apoyo a la legalización de indocumentados y su camino a la ciudadanía, un reporte denunció que la última década grupos antimigrantes invirtieron más de 100 millones de dólares para bloquear la posible reforma.
Una encuesta del diario Wall Street Journal y la cadena NBC puso de relieve que mientras 51 por ciento de los republicanos se opone por principio a la reforma migratoria, esa situación cambia cuando se les informa que la propuesta de ley incluye multas, la obligación de pagar impuestos atrasados y verificación de antecedentes.
En ese caso, el apoyo republicano pasa a 73 por ciento.
Pero en otros sectores es un apoyo mayor desde el principio: 82% de los latinos, 80% de los Demócratas y 54% de los independientes.
“Casi dos terceras partes de los estadunidenses, incluyendo ocho de cada diez latinos, apoya que se conceda a los inmigrantes indocumentados una vía a la ciudadanía… 64 por ciento de aquellos que respondieron dijeron que favorecían que se les ofrezca la oportunidad de convertirse en ciudadanos estadunidenses”, indicó Mark Murray, de la NBC.
La nueva actitud en torno a la reforma migratoria puso bajo los reflectores a una red de grupos antimigrantes, como el Centro para Estudios de la Inmigración (CIS), “Números USA”, Federación por la Reforma Migratoria estadunidense (FAIR), fundados y financiados por grupos conservadores organizados a su vez por el médico John Tanton, que en su momento puso el fenómeno migratorio en términos étnicos.
“Para que una sociedad y una cultura europeo-americanas persistan, se requiere una mayoría europeo-americana, y muy clara”, escribió en 1993.
De acuerdo con un reporte de la cadena NBC, entre los principales financieros de la red de grupos antimigración están los herederos de la fortuna Mellon Scaife, presuntamente preocupados por la sostenibilidad de una sociedad sobrepoblada.
El reporte de la NBC también hizo notar que en un momento dado, Tanton cuestionó la admisión de migrantes latinoamericanos al preguntarse si “traerán consigo la tradición de ‘la mordida?”
Alfonso Aguilar, director ejecutivo de Latino Partnership for Conservative Principles (Asociación Latina por Principios Conservadores) denuncio que Tanton y sus grupos conspiraron para alejar a los republicanos de los latinos y de introducir “cuñas” raciales.
De hecho, la NBC precisó que Aguilar muestra entre otras pruebas una carta escrita por Tanton en 2001 a John Beck, presidente de “Números USA”, en la que propone delinear una estrategia política para distanciar a republicanos y migrantes al margen de su situación migratoria.
“El objetivo es cambiar la percepción de la inmigración, de modo que cuando se encuentren con la palabra inmigrante los republicanos piensen ‘demócrata’”, escribió.
“No podemos hacer avances con los latinos precisamente por esa estrategia”, dio Aguilar a la NBC.
Demografía y opinión pública favorece a migrantes: Meissner
La posibilidad de que el sistema migratorio estadunidense sea arreglado y responda a necesidades y cambios actuales y del futuro es considerable, pero dependerá de la ley de reforma que analizará el Congreso, dijo Doris Meissner, una de las mas importantes especialistas en el tema.
Hay diferencias entre los intentos de hace 30 años y el caso actual. El punto principal, en opinión de Meissner, la casi seguridad de que esta vez algo será aprobado en el Congreso, pero están por verse los detalles.
La ley deberá incluir regularización, camino a la ciudadanía, programa de trabajadores invitados, pero los detalles están aún por conocerse y discutirse. Lo seguro es que algo se hará.
Otra diferencia es el cambio en el mundo, y muy especialmente en la demografía tanto de Estados Unidos como la de México.
Según Meissner, la curva demográfica en México llegó a su tope o lo sobrepasó en 2010 y de nación emisora pasa a ser país puente y comienza a convertirse en receptora de migrantes.
“Estados Unidos cambió, México cambió”, comentó la experta, al mencionar en el caso mexicano cambios como un aumento en la clase media y la menor tasa natal.
Directora del Servicio de Inmigración y Naturalización de 1993 a 2000, Meissner ha visto y analizado las propuestas migratorias que se han debatido –y en alguna ocasión aprobado– en los últimos 30 años y ofrece un punto de vista de política, no político, para una discusión que lleva décadas en una atmósfera absolutamente contenciosa.
“La diferencia esta vez es el extraordinario cambio en la opinión pública”, comentó Meissner, ahora directora del Programa Estados Unidos en el prestigioso Instituto de Política Migratoria en Washington. Y no olvida mencionar la demografía.
El cambio es enorme, visible sobre todo después de las elecciones presidenciales de 2012, dijo Meissner, al recordar que el voto latino se convirtió en uno de los factores importantes para la victoria de Barack Obama y anunció cambios sociales largamente esperados.
La opinión pública cambió y la actitud de los partidos también. De hecho, agregó Meissner, no bien había terminado la elección cuando comenzó a hablarse de la importancia de los hispanos: los republicanos porque necesitan acercarse a ellos y otras minorías para ser viables políticamente; los demócratas, para asegurar su voto y su lealtad.
Una de las diferencias es que hace 25 años el problema era regional y cuando se aprobó la ley de 1986 los afectados eran los estados tradicionales: Texas, California, Arizona, Nuevo México, Nueva Jersey, Nueva York.
Pero en los 90 la migración se convirtió en una cuestión de alcance nacional, y ese ha sido parte del problema. Muchas regiones donde no había inmigrantes indocumentados experimentaron un influjo de personas sin tener ni la preparación ni la capacidad de respuesta a los cambios provocados por los recién llegados.
Más aún, agregó, para muchos estadunidenses fue algo que ocurrió sin su conocimiento, sin tener dirección o apoyo del gobierno federal y sin reglamentación alguna.
Esa situación llevó a un agudizamiento de efectos negativos, pero también a que una buena parte del público llegara a la conclusión de que era necesario hacer algo. Y a diferencia de hace 30 años, cuando se creía que el problema se resolvería en una sola vez, en esta ocasión hay mejores herramientas para contemplar un arreglo.
Hace 25 años, por ejemplo, se esperaba que con solo resolver el problema de la competitividad habría soluciones, pero no había conciencia de que la economía produciría muchos más trabajos en los escalones básicos de servicio. “Llegamos a un porcentaje de graduación de 80% en (escuela preparatoria), pero los trabajos producidos eran más elementales”, señaló.
Ahora, dijo, hay la oportunidad de resolver la situación en los dos extremos, tanto de los mejor preparados como de los de menor educación.


